Fuente : El Sueño de Alishea
Traducción :Pandoranium

CAPITULO 1

Una temporada en el infierno

Creo que estoy en el infierno, por lo tanto, lo soy. -Arthur Rimbaud



1 . Flecha de Valentine

-¿Sigues enojado?
Alec, estaba apoyado contra la pared de la ascensor, vigilando desde allí todo el pequeño espacio que había hasta Jace.
-No estoy enfadado.

-Oh, sí que lo estás.- Jace hizo un gesto acusatorio a su hermano de batalla,
y un latido el dolor se extendió sobre su brazo. Cada parte de él estaba herido por los golpes que había recibido esa misma tarde, cuando había caído de tres plantas a través de un suelo de madera que se había podrido junto con un montón de chatarra. Incluso tenia sus dedos magullados.
Alec, que acababa de dejar de usar las muletas que había tenido que utilizar después de su lucha con Abbadon, no le hizo sentir mucho mejor a Jace. Sus ropas estaban cubiertas de barro y su cabello largo estaba en sudorosas tiras.

Hubo un largo enrojecimiento en la parte de sus mejilla.
-No lo estoy-, dijo Alec, a través de sus dientes. -Sólo porque hayas dicho que los dragones demonios se extinguieron.-Dije que la mayoría se extinguieron. - apuntó Alec con un dedo de la mano hacía él.- Mayormente extintas - dijo, su voz temblando de furia,- no SUFICIENTEMENTE Extintas.
Ya veo -, dijo Jace.- Voy a tener que cambiar la inscripción en el libro de texto de demonología 'casi extinguida' a 'no suficientemente para Alec extinguido. Prefiere su monstruos realmente extinguidos.
Te hace eso feliz?
Chicos, chicos -, dijo Isabelle, que había sido el examen de su cara en el ascensor de la pared de espejos.
- Nada de luchar-. Ella se apartó de la copa con una sonrisa de sol. -Muy bien, fue un poco más de acción de lo que nos esperábamos, pero pienso que igualmente fue divertido.

Alec la miró y sacudió la cabeza.
-¿Cómo lo haces para nunca mancharte de barro?.
Isabelle se encogió de hombros filosóficamente.
-Soy pura de corazón. Eso repele la suciedad.

Jace rió en voz alta por lo que le convirtió en una tristeza. Él
derramó con sus dedos barro sobre ella. Sus uñas estaban de un negro
profundo.
-Suicia por dentro y por fuera.- Isabelle estaba a punto de responder
cuando el ascensor llegó a un punto muerto con un sonido de chirriar de
frenar.
-Ha llegado la hora de conseguir esta cosa fija-, dijo, extrayendo la
puerta abierta. Jace la siguió tras su entradas en la, ya
Jace siguió su salida del ascensor, esperando con ansias desprenderse de sus armaduras y armas, y tomar una ducha caliente. Había sido convencido por ellos para acompañarlo de caza con él, a pesar de que ninguno de ellos se sentían
totalmente cómodos para salir por su propia cuenta ahora que no estaba Hodge
para darles instrucciones.

Pero Jace había querido olvidar los combates, lo duro de matar a la desviación, y la distracción de las lesiones. Y sabiendo lo que quería, había aceptado ido ir con ellos, rastrear a través de los túneles del metro sucio y desierto hasta que habían encontrado al demonio Dragonidae y lo mataron. Los tres habían trabajado juntos perfecta sintonía, de la misma forma que siempre fue.
Se desabrochó su chaqueta y la arrojó a uno de los percheros colgados en la pared. Alec estaba sentado en el banco de madera bajo
junto a él, lanzando sus botas cubiertas de estiércol. Fue tarareando
discordantemente bajo su aliento, Jace dejó ver que no le era molesto.
Isabelle fue tirando las horquillas de su largo cabello oscuro.

-Ahora tengo hambre,- dijo. -Quisiera que mamá estuviera aquí para cocinar algo.
Mejor que ella no -, dijo Jace, desprendiéndose de su cinturón de armas.- Ya habría estado chillando acerca de las alfombras.
Acerca de eso tienes razón.- dijo una voz fresca.
Jace osciló a su alrededor, aún con sus manos en su cinturón,y vio a Maryse Lightwood, de brazos cruzados, al pie del
umbral. Vestía traje negro rigido de viaje y su pelo, negro como Isabelle's, se señaló de nuevo en una gruesa cuerda que colgaba hasta la mitad de su espalda. Sus ojos, de un azul glacial, barrió a los tres como si trata de un foco de luz.

-¡Mamá!- Isabelle, recuperó su compostura y corrió a
su madre para abrazarla.
Alec llegó a sus pies y se unió a ellas, tratando de ocultar el hecho de que todavía era cojo.
Jace se quedó donde estaba. Ha habido algo en los ojos de Maryse ,en su
mirada helada habiéndose detenido más tiempo observándolo a él. ¿Realmente había dicho algo tan malo? El siempre se pasaba todo el tiempo bromeando por su obsesión con la alfombras antiguas.
-¿Dónde está papá?- podió saber Isabelle retrocediendo de su madre. -¿Y Max?- Hubo una pausa casi
imperceptible. Maryse habló entonces.
- Max está en su cuarto. Y tu padre, por desgracia, todavía está en Alicante. Hubo algunas actividad en la que se requería su atención. -Alec, generalmente más
sensibles a los estados de ánimo de su hermana, parecía vacilar.
-¿Es algo malo?-
-Yo que tu podría pedir. - El tono de su madre era seco.- ¿Estas cojeando?.


Alec es un terrible mentiroso. Asi que Isabelle mintió por él sin problemas:
-Tuvimos un encuentro con un demonio Dragonidae en los túneles del metro.
Pero no fue nada.

-¿Y supongo que Gran Demonio con el que lucharon la semana pasada, tampoco fue demasiado? - Incluso Isabelle fue silenciada.
Ella miró aguardando a Jace. -Eso no fue algo previsto.- Jace
tenía dificultad para concentrarse. Maryse él no lo había saludado todavía,
no tanto como decir un hola, y ella todavía estaba observándolo a él
con los ojos azules como puñales. Había un sentimiento en el hueco vacío de su estómago que estaba empezando a extenderse. Ella nunca lo había mirado esa manera. No importaba lo que él hubiera hecho, jamás le había mirado de aquel modo.

-Fue un error.
-Jace.- Max, el más joven de los Lightwood, aceleró su camino ,eludiendo a su madre. - Has regresado! Has regresado!.-Se dio vuelta en una
círculo, para ver sonreír y Alec Isabelle triunfalmente. -Pensé que
oído el ascensor. -
-Y yo pensé que te dije de permanecieras en tu habitación -, dijo Maryse.
-Yo no recuerdo eso-, dijo Max, con una seriedad que incluso Alec sonrió.
Max parecía pequeño para su edad - tenía alrededor de siete, pero había algo en él equipo que,combinado con su gafas enormes gafas, le daba un aire de alguien mayor. Alec agitó el pelo rizado de su hermano, pero Max
Se seguía mirando a Jace,con sus ojos brillando. Jace sintió que fue menguando el frío puño de su estómago a fin de relajarse un poco a poco.
Max ha siempre le adoraba como un héroe- de un modo que su propio hermano no le procesaba ese culto de hermano mayor, probablemente porque Jace era mucho más tolerante a la presencia de Max.

-Oí que lucharon contra un Gran Demonio-, dijo. -¿Fue impresionante?.
-Es diferente ...-, Jace cubierta. -¿Cómo te fue en Alicante? "

-Es impresionante. Vimos el mejor material. Hay un enorme arsenal en Alicante y me llevaron a ver algunos de los lugares donde se hacen las armas. Ellos me mostraron una nueva forma de hacer Seraph palas demasiado, por lo que duran más, y voy a tratar de obtener algunas para mostrarle a Hodge.- Jace no podía ayudarle; sus ojos se posaron instantáneamente en Maryse, con una expresión incrédula. ¿Así que Max no conconocía lo de Hodge? ¿No le dijo nada a él? Maryse le miró y vió a en sus labios una diluya en una línea.
-Ya es suficiente, Max.-Ella tomó a su hijo menor por el brazo. Él giró su cabeza para mirar hacia arriba hacía ella con sorpresa.
- Pero yo estoy hablando con Jace.
-Puedo verlo.
Su madre lo empujó suavemente hacia Isabelle.
-Isabelle, Alec, lleva a tu hermano a su habitación. Jace, - existe una opresión en su voz
cuando ella menciona su nombre, como si invisibles ácido secos en las sílabas en su boca -te limpiaron y me en la biblioteca tan pronto como pueda .
-No lo entiendo-, dijo Alec, en busca de su madre a Jace, y viceversa. -¿Qué esta pasando?.

Jace empezaba a sentir un sudor frío a lo largo de su columna vertebral.
-¿ Es sobre mi padre?-Maryse se contrajo dos veces, como si las palabras "mi
padre " hubieran sido dos bofetadas.
-La biblioteca -, dijo, a través de los dientes.- Discutamos este asunto allí.
Alec preguntó- ¿Qué pasó mientras no se habían ido Jace la culpa. Nos
estaban todos en el mismo. Y Hodge dijo-"

-Vamos a discutir y posteriormente Hodge.- Maryse se encontraban en los ojos de Max,
su tono de advertencia.
-Pero, mamá-, protestó Isabelle. -Si vas a castigar a Jace, debes castigarnos a nosotros también. Es sólo justo. Nosotros hicimos exactamente lo mismo que él.
-No, -dijo Maryse, después de una pausa tan larga que Jace pensaba que tal vez no fuera
a decir nada en absoluto. -No.


-Regla número uno de anime-, dijo Simon. Se sentó sobre un montón de almohadas a los pies de su cama, con una bolsa de papas fritas en una mano y mando a distancia del televisor en la otra. Él llevaba una camiseta negra de Blogged y un par de pantalones vaqueros con un agujero en una rodilla. -Nunca te pelees con un monje ciego.
-Lo sé- contesto Clary, cogiendo unas cuantas patatas fritas y mojandolas en la lata de salsa que estaba sobre una bandeja de televisión justo delante de ellos.
-Para algunos razón siempre son mejores luchadores que los monjes guerreros que si pueden ver.-Ella se asomó a la pantalla.
-¿Eso es algún tipo de baile?.
-No están bailando. Se están tratando de matar el uno añ otro. Ese tipo es el enemigo mortal del otro, ¿recuerdas?Él asesinó a su papá. ¿Por iban a bailar?.

Clary devoraba las patatas mientras miraba la pantalla meditadamente,donde un animados remolinos de rosa- amarillo y nubes se agitaban entre las figuras de los dos hombres con alas, que flotaban en torno a sí, cada uno embragante y brillante lanza. De vez en cuando uno de ellos le hablaba al otro, pero todos era en japonés con subititulos chino,por lo que no aclaró mucho.

-El hombre con el sombrero-,dijo.-¿És es el tipo malo?
-No, el hombre del sombrero era el del padre. Fue el emperador mágico, y es era su sombrero de poder.

El teléfono sonó. Simon cogió un montón de patatas de la bolsa esperando a que ella se levantará para responder al teléfono.
Clary puso la mano sobre la muñeca de él.
-No. Podría ser él.
-Pero podría ser Lucas. Podría estar llamando desde el
hospital.
-No es Luke,-contestó Clary, sonando más segura de lo que se sentía.-Habría llamado a mi móvil, no a casa.
Simon la miró durante un largo momento antes de tirarse de nuevo sobre la alfombra al lado de ella.
-Si tú lo dices.- Ella no solo pudo oír la duda en su voz, sino tambíen conformarse si a ella le hacía eso felíz.
Ella era cualquier cosa en ese momento fue menos"feliz", no con su madre en el hospital conectado a tubos y conectada a máquinas, y Lucas como un zombi, hundido en ña silla de plástico duro al lado de su cama. No preocupandose por Jace todo el tiempo y coger el teléfono una docena de veces para llamar al Instituto
antes de volver a colgar , antes de terminar marcar los números. Si Jace quería hablar con ella, el podía llamar perfectamente.

Seguramente había sido un error llevarlo a ver Jocelyn. Ella había estado tan segura de que si su madre podía escuchar tan solo la voz de su hijo, su primogénito, ella despertaría.
Pero ella había despertado. Jace estaba de forma era dura y difícil al lado de la cama, con su cara pintada como un ángel, con los ojos en blanco de forma indiferente.

Clary finalmente había perdido la paciencia y le gritó, y habría gritado antes de atacarlo de nuevo fuera. Lucas le había visto ir con un tipo de interés clínico por su agotado rostro.
Esta es la primera vez que os he visto actuar como hermana y hermano-, había comentado él.
Clary no dijo nada al respecto. No tenía sentido
decirle lo poco que aceptaba que Jace fuera su hermano. Tú no puede arrancar tu propio ADN, no importa cuánto desees que eso ocurra. No importa lo mucho que te haría feliz. Pero incluso si no podía ser feliz, pensó, al menos aquí, en La casa de Simón, en su dormitorio, se sentía cómoda y en casa.

Ella lo había conocido durante el tiempo suficiente para saber que tuvo una cama en forma de camión de bomberos y LEGOS amontonados en una esquina de la habitación. Ahora
la cama es un futon con una manta de rayas brillantes que había sido un regalo de su hermana, y las paredes estaban cubiertas con carteles de bandas como Panda y sólidas o "Stepping Razor.
Allí había una batería atrapada en la esquina de la sala donde los LEGOS habían estado, y un ordenador en la otra esquina, la pantalla aún congelada con una imagen de World of Warcraft. Era casi como familiar como en su propio dormitorio en la casa-que ya no
existe, por lo que al menos esto era el mejor lugar siguiente.
-Más patatas.- dijo Simon tristemente.

Todos los personajes en pantalla se ha convertido en
pulgadas de alto bebé versiones de sí mismos y se persiguen unos a otros agitar en torno a las ollas y sartenes.
-Estoy por cambiar de canal,- anunció Simón
anunció, aprovechando el mando a distancia. - Ya Estoy cansado de este anime. No puedo
decir creer que nadie tenga relaciones sexuales -
-Por supuesto que no, -dijo Clary, tomando otras patatas. .-El Anime es un sano entretenimiento familiar -
-Si tu estado de estado de ánimo prefiere menos sanos
entretenimiento, podría intentarlo con los canales de porno", observo Simon. -¿Prefieres ver Las Brujas de Breastwick o AS I LAY Dianne?

-¡Dame eso!- Clary agarró por el mando a distancia, pero Simón ya había cambiado a otro canal. Su
risa rompió abruptamente. Clary miró y con sorpresa
a él mirando inexpresivamente el televisor. Una vieja película en blanco y negro de la película de Drácula. Ella la había visto antes, con su madre. Bela
Lugosi, delgada y cara blanca, fue en la pantalla, envuelto en la familiares de alto manto de collar, doblado de nuevo los labios de su
dientes puntiagudos. -Nunca beber vino ...," que entonó con su espesor Acento húngaro.
-Me encanta la manera en que la telarañas están hechas de
caucho, -dijo Clary. Esperando la respuesta de él.
Pero Simón estaba ya en los pies, pasando el mando a distancia en la cama.
-Vuelvo en seguida- murmuró. Su rostro era el del
color del cielo en invierno, justo antes llovía. Clary le vio ir, mordiendose el labio pensando que era la primera vez desde que su madre había ido al hospital que ella había dado cuenta que tal vez no era demasiado Simon
feliz. (esta última parte esta medio incomprensible, asi que puse lo que me pareció entender.)

Secándose el cabello con la toalla, Jace observaba su reflejo en el espejo
frunciendo el ceño con curiosidad. Una runa de curación había curado lo
peor de sus moretones, pero no había ayudado a la sombra, bajo su
los ojos o la brevedad de las líneas en las esquinas de su boca. Su cabeza
estaba seca y se sentía un poco mareado. Sabía que debería haber comido
algo por la mañana, pero había despertado con náuseas y con jadeos
de pesadillas, no quería hacer una pausa para comer, sólo quería la
liberación de la actividad física, para quemar sus pesadillas en moretones
y sudor.

Puso la toalla a un lado, pensó ansiosamente en el dulce de negro
té de Hodge que había usado en la noche de las flores floreciendo en el
invernadero. El té le había traído hambre y trajo un rápido aumento de la energía.
Desde la muerte de Hodge, Jace había intentado hervir las plantas echadas en agua para ver si podía producir el mismo efecto, pero el único resultado fue un amargo sabor a ceniza líquido que le hizo escupir y gag. Descalzo, en el armario dormitorio y cogió unos vaqueros y una camisa limpia.

Se empujaba a su espalda el húmedo cabello rubio, mientras fruncia el ceño.
Era demasiado tiempo en el momento, la caída en sus ojos, algo Maryse se olvide chide acerca.
Ella siempre lo hizo. Él podría no ser hijo biológico de los Lightwoods, pero que podría tratarse le gusta, ya que él había sido adoptado con 10 años, después de la muerte de su propio padre. La supuesta muerte, Jace recordó a sí mismo, la sensación de vacío en las tripas de su repavimentación otra vez. Él se sentía como un gato-linterna para los últimos días, como si sus entrañas se hubieran extraído con un tenedor,mientras que una sonrisa permaneció fija en su rostro. A menudo se
preguntaba si creía que había algo cierto sobre su vida, o él mismo, pero nunca había sido así. Había pensado que era un huérfano y no fue así.Pensó que era sólo un niño que tenía una hermana. Clary. El dolor llegó de nuevo, más fuerte. Él empujó hacia abajo. Sus ojos cayeron sobre el pequeño espejo roto situado encima de su armario, todavía relejaban ramas verdes en un cielo de color azul diamante.

Ahora era casi el crepúsculo en Idris: El cielo estaba oscuro como el cobalto. Le Asfixió
el vacio que sentía, Jace extrajo sus botas y se dirigió a la biblioteca. Se pregunta mientras hacía sonar con estrépito los escalones de piedra, que era lo que quería hablar con Maryse a solas. Le había examinado como si le hubiera querido lanzar fuera de él. No podía recordar la última vez que había puesto una mano encima. Los Lightwoods no eran dados a los castigos corporales, un gran cambio de ser criado por Valentíne, que realizaba todo tipo de elaborados castigatos dolorosos para alentar la obediencia. Jace siempre se habúa curado los moratones sobre la piel siempre por todos los tipos de pruebas.

En los días y semanas que pasaron después de la muerte de su padre Jace podía recordar la búsqueda de las cicatrices en su cuerpo, alguna marca que sería una razón, un recuerdo para atarle físicamente a la memoria de su padre.
Llegó a la biblioteca y golpeó una vez antes de empujar la puerta abierta. Maryse estaba allí, sentada en la vieja silla de Hodge al lado del fuego. Fluyen a la luz hacia abajo a través de las ventanas altas y Jace pudo ver el toque de gris en el pelo. Ella tomaba un vaso de vino tinto; hubo un decantador de cristal de corte sobre la mesa a su lado.

-Maryse-, dijo.
Ella esperó un poco, antes de derramar el vino.
- Jace. Yo no te oí al entrar.
Él no se movió.
-¿Te acuerdas de aquella canción que cantabas a Isabelle y Alec para que se durmieran cuando eran pequeños y tenían miedo de la oscuridad?,- Mayrse apareció sorprendida.
-¿De qué hablas?.
-Yo solía escucharla a través de las paredes -, dijo.- Entonces, Alec estaba en la habitación de al lado mío.- Ella no dijo nada.- Era en francés. No sé por qué te recuerdo algo así.- dijo Jace. -Ella lo miró como si le estuviera acusando de algo.
-Nunca me cantaste-. Hubo una pausa apenas perceptible.
Entonces,
-Oh, tu,- ella dijo.-Jamas tuviste miedo de la oscuridad.
-¿Qué clase de niño de diez años tiene nunca miedo a la oscuridad?- Su
cejas se subieron.
-Siéntate, Jonathan -, dijo. -Ahora-. Fue, sólo lentamente, lo suficientemente para molestarla, a través de la sala, y se arrojó en una de las sillas del escritorio.
-Creo que no deberías llamarme Jonathan.
-¿Por qué no? Es tu nombre. -Ella lo miró detenidamente. -¿Cuánto tiempo hace que lo sabes?
-Conocer, ¿el qué?.
-No seas estúpido. Sabes exactamente lo que te estoy preguntando -. Ella le dio vuelta a su vaso en sus dedos.-¿Cuánto tiempo hace que sabes que Valentíne es tu padre?- Jace consideró descartar varias respuestas. Por lo general, podría salirse con la suya con Maryse haciendole reír. Era una de las pocas personas en el mundo que podía hacer reír.
- Él mismo tiempo que ustedes.
Maryse sacudió su cabeza lentamente.
-Yo no creo eso-. Jace se sentó recto. Sus manos estaban cerradas en puños los cuales descansaban sobre la silla. Podía ver un ligero temblor en sus dedos, se preguntó si le había ocurrido antes. No lo creía. Sus manos siempre habían sido tan constante como su corazón.
- ¿No me creen?.

Escuchó la incredulidad en su propia voz y se estremeció por dentro.
Por supuesto no le creía. Que había sido evidente desde el momento que ella había llegado a casa.

-No tiene sentido, Jace. ¿Cómo no podías saber quién era su propio padre?.
-Me dijo que era Michael Wayland. Vivíamos en la casa de los Wayland.
-Un buen contacto-, dijo Maryse -, que.¿ Y tu nombre? ¿Cuál es tu verdadero nombre?
-Ustedes conocen mi verdadero nombre.
-Jonathan Christopher. Yo sabía que era el nombre del hijo de Valentíne. Sabía que Michael tenía un hijo llamado Jonathan también. Es un nombre muy común. Nunca pensé que fuera extraño que lo compartieran, y en cuanto a Michael mediados del nombre del niño, nunca preguntó. Pero ahora no puedo dejar de preguntarme. ¿Cuál fue el segundo nombre del hijo verdadero de Michael Wayland? ¿Cuánto tiempo había estado planificando, Valentíne,todo lo que iba hacer? ¿Cuánto tiempo tuvo para saber que
iba a asesinar Wayland-Jonathan? -Ella rompió, mientras sus ojos estaban fijos en Jace. -Nunca te viste como Michael, lo sabes,- dijo ella. -Pero a veces los niños no se ven como sus padres. Yo no pensé en ello antes. Pero ahora puedo ver en ti lo que hay en Valentíne. La forma en que estas buscando en mi. Ese desafío. No te importa lo que Diga, ¿no? -Pero le hizo prestar atención. Todo lo correcto que estaba haciendo bien seguro de que ella no podía verlo.
-¿Habría alguna una diferencia si yo lo hice?.- Estableció el vaso sobre la mesa a su lado. Estaba vacío.
-¿Y que respondas a las preguntas con preguntas para hacerme callar, como Valentín, siempre lo hacía?. Tal vez deberías haberlo sabido.
-Tal vez nada. Sigo siendo exactamente la misma persona que he sido estos últimos siete años. Nada ha cambiado en mí. Si me parecía antes a Valentíne, no veo por qué querría ahora -. Su mirada que estaba sobre él, se trasladó fuera como si no pudiera sostenerla directamente en él.
-Ciertamente, cuando hablabamos de Michael, debes de haber sabido que no podía tratarse de tu padre. Las cosas que deciamos sobre él nunca podrían haberse dicho de Valentíne.
- Dijo que era un buen hombre.- Una ira se retorcía dentro de él. -Un valiente cazador. Un padre amoroso. Pensé que se le parecía exactamente suficiente.
-¿Qué pasa con las fotografías? Debes de haber visto las fotografías Wayland de Michael y se dio cuenta que no era el hombre que habías creido tu padre. -Ella tensó el labio.- Ayúdame a atar el cabo aquí, Jace.
-Todas las fotografías fueron destruidas en el levantamiento. Eso es lo que me dijo. Ahora me pregunto si no fue porque Valentine había quemados todas para que nadie supiera que estaba en el círculo. Nunca he tenido un fotografía de mi padre -, dijo Jace, y se preguntó si sonaba amargamente como se sentía.

Maryse se puso la mano a su cabeza y se la masajeo como si le doliera.
-No puedo creermelo-, dijo, como a sí misma. -Es una locura. Así que no lo creo.
-Créanme -, dijo Jace, y sintió el temblor en sus manos aumentar. Ella bajó la mano.
-¿No crees que quiero?- dijo ella, y por un momento se escuchó el eco de la voz de Maryse cuando había entrado en su dormitorio por la noche, cuando tenía diez años , con sus ojos secos secos mirando al techo, pensando en su padre, y que había estado con él hasta que se había quedado dormido
justo antes del amanecer.
-Yo no sabía-, dijo de nuevo Jace. -Y cuando él me pidió que fuera con él de nuevo a Idris, le dije que no. Todavía estoy aquí. Es que eso no cuenta para nada?- Se volvió para mirar hacia atrás
en el decantador, teniendo en en cuenta coger otra bebida y, a continuación, pareció descartar la idea.
-Deseo creerte-, dijo. -Pero hay muchas razones para que tu padre tal vez quiera mantenerte en el Instituto. En lo que en Valentíne se refiere, no puedo permitirme el lujo de confiar en nadie en él que haya estado bajo su influencia.
-Su influencia estuvo bajo ti, - Jace dijo, y lo lamentó en el mismo instante el aspecto que indica
a través de su cara.
-Y yo lo repudíe", dijo Maryse. -¿Y tú? ¿Podrías? -Sus ojos azules eran del mismo color que Alec, pero Alec nunca le miró como ella. -Dime que lo odias, Jace. Dime que el odias al hombre y todo lo que él representa.
Pasó un momento, y otro, y Jace, seguía mirando hacia abajo, vio que sus manos estaban cerradas con tanta fuerza que se destacaron los nudillos blancos y duros como los huesos de la espina dorsal de un pez.
-No puedo decir eso.- Maryse aspiró.
-¿Por qué no?.
-¿Por qué puedes decir que confías en mí? He vivido con ustedes casi la mitad de mi vida. Seguramente debes saber mejor que yo, no?.
-Es la manera de que hacer creer lo que dices, Jonathan. Siempre tuviste, incluso cuando eras un niño tratando de echar la culpa de algo que habías hecho mal a Isabelle o Alec. Sólo he conocido una persona que podía sonar tan persuasivo como tu.

Jace probó el sabor cobre en su boca.
-¿Te refieres a mi padre?
-Existe sólo dos clases de personas en el mundo para Valentíne -, dijo.-Los que fueron parte del Círculo y los que están en contra. Estas últimas fueron enemigos, y los primeros eran armas en su arsenal. Lo vi a su vez la forma de tratar a cada uno de sus amigos, incluso a su propia esposa, en un arma para la causa ¿y que quieres que crea que no hubiera hecho lo mismo con su propio hijo? -Ella
sacudió su cabeza. -Lo conocía mejor que eso.- Por primera vez en el tiempo, Maryse le miró con más tristeza que rabia. -Ustedes son una flecha que disparó directamente en el corazón de la Clave, Jace. Tú eres la flecha de Valentíne. Si sabes o no.



Clary cerró la puerta de la habitación en la que estaban viendo la televisión y fue a buscar a Simon. Lo encontró en la cocina, se inclinó sobre el lavabo en el que correría el agua. Sus manos estaban empapadas.
-¿Simón?- La cocina es de un brillante, alegre color amarillo, las paredes
decoradas con tiza y enmarcadas con lápiz que Simon y Rebecca habían hecho en la escuela primaria. Rebecca tiene algunas dibujos con talento, podría decirse, pero los bocetos de Simon parecía haberse echo con mechones de cabello.
No pudo miró hacia arriba en ese momento, pero podía saber que por el endurecimiento de los músculos de sus hombros la había escuchado. Ella fue al lavabo, le puso una mano ligeramente, en la espalda. Se sentía la fuerte bultos de la columna vertebral a través de la delgada camiseta de algodón y se preguntó si había perdido peso. Ella no podría decir mirandolo a él, como si lo estuviera viendo en un espejo. Pues cuando como se ve a una persona todos los días, no siempre tienes los pequeños avisos de cambios en su apariencia.

-¿Estás bien?- Él convirtió el agua con un duro
tirón de su muñeca.
-Por supuesto. Estoy bien.- Ella establecido un dedo contra la el lado de su mentón y su rostro se volvió hacia ella. Fue sudor, el cabello oscuro que tenía en la frente pegada a su la piel, aunque el aire se filtrará a través de la ventana de su cocina.
-No te ves bien. ¿Fue la película?- No hubo respuesta. -Lo siento. Yo no debería haberme reído, es justo. -No lo recuerdas? -Su voz sonaba ronca.- Yo. .. -Clary su voz se apagó. Esa noche, mirando hacia atrás, parecía como correr una larga bruma, de sangre y sudor, vislumbrado en las sombras de las puertas, de la caída de a través del espacio. Recordaba el rostro blanco de los vampiros, como el papel recortado contra la oscuridad, y recordaba a Jace y la celebración de ella, gritando en su oído.
-No realmente. Es algo borroso. -Su mirada voló al pasado y luego volvió.
- ¿Me ves diferentes a ti? -, preguntó. Ella levantó su mirada a la suya. El color de café negro de sus ojos, no muy negro, pero un rico café sin un toque de gris o el avellano. ¿Le parecían diferentes? Allí podía haber sido un toque extra de confianza en la manera en que celebró consigo mismo desde el día en que había matado a Abbadon, el Gran Demonio, pero hubo también un cierto recelo acerca de él, como si estuviera esperando o para ver algo. Ese algo que había notado en Jace también. Tal vez fue sólo la conciencia de la mortalidad.

-Está todavía Simon.- Que medio cerró los ojos como si en relieve, como sus pestañas y bajar,
vio cómo su angulares pómulos espera. Había perdido peso, pensó, y estaba a punto de decir lo que cuando él se inclinó hacia abajo y le besó . Estaba tan sorprendida de la sensación de su boca sobre la suya que fue rígida en todo, para agarrar el borde del grifo para tomarlo de apoyo.
Ella, sin embargo, no le aparta, y claramente Simón lo toma como una señal de aliento, Simon resbaló su mano detrás de su cabeza y profundizó el beso, con sus labios. Su boca era suave, más suave que la de Jace ,y la mano ahuecada que su cuello era cálido y suave. Lo probó como la sal. Ella deja caer sus ojos cerrados y por un momento flotó vertiginosamente en la oscuridad y el calor, el tacto de los dedos se desplazan a través de su cabello. Cuando sonó el teléfono, a través de su aturdimiento, ella saltó de nuevo como si la hubieran empujado de su distancia, aunque él no se había movido.
Se miraron el uno al otro por un momento, con la confusión en el medio silvestre, al igual que si dos personas se hubieran encuentrado de repente transportados a un paisaje extraño, donde nada es conocido.

Simon se apartó en primer lugar, para alcanzar el teléfono que colgaba sobre la la pared al lado del bote de especias.

-¿Hola?- Él sonaba normal, pero su aumento de pecho y la caída fue rápida. Le dió el teléfono a
Clary. -Es para ti.- Clary tomó el teléfono. Ella podía sentir los golpes de su corazón en la garganta, al igual que el aleteo alas de un insecto atrapado debajo de su piel. Es Lucas, llamando del hospital. Algo había pasado a su madre. Ella tragó.

- ¿Lucas? ¿Eres tu?" -No. soy Isabelle.
- ¿Isabelle?- Clary miró y vio a Simón mirandola, apoyandose contra el fregadero. El rubor en sus mejillas se había desvanecido. - ¿qué pasa? -Hubo tono de voz, como si hubiera estado llorando.
-¿Esta Jace allí?- Clary realmente celebrada el teléfono para poder mirar en él antes de ponerse de nuevo el receptor en su oído.
- ¿Jace? No. ¿Por qué tendría que estar aquí?- El aliento de Isabelle se hizo eco de la respuesta a la línea telefónica como un GASP.
-... La cosa es que se ha ido.

2. Cazador de Luna
A Maia nunca le parecieron dignos de confianza los chicos hermosos, por lo que ella había odiado a Jace Wayland desde la primera vez que puso sus ojos en él. Su doble hermano, Daniel, había nacido con su madre de color miel, piel oscura y enormes ojos, y había resultado ser el tipo de personas que encendía fuego a las alas de las mariposas para verlas quemarse y morir.
A ella le había atormentado también, en pequeñas y mezquinas maneras al principio, dandole pellizcos cuando los moretones no se presentaban, cambiandole el contenido de su champú por el de un bote de legía. Ella había ido a sus padres, pero jamas la creyeron. Nadie veía nada malo en Daniel, confundidos con su aparencia de inocencia y belleza.

Cuando se rompió el brazo en noveno grado, se escapó su hogar, pero sus padres la trajeron de vuelta. En décimo grado, Daniel fue derribado en la calle por un conductor borracho y murió en el instante. De pie junto a sus padres en la tumba, Maia se había sentido avergonzada por su propia y abrumadora sensación de alivio.

Dios, pensó, sin duda, la castigaría por sentirse contenta de que su hermano muriera. Al año siguiente, lo hizo.

Se reunió Jordania. De largo cabello oscuro, delgadas caderas con pantalones vaqueros desgastados, indie-chico rockero. Ella nunca pensó que iría por su tipo, por lo general prefiere a chicos flacos, pálidos afeminados con gafas-, pero parecía como su forma redondeada. Él le dijo que era hermosa entre besos. Los primeros meses fueron como un sueño, los últimos meses como una pesadilla. Se convirtió en posesivo, controlador. Cuando él estaba enojado con ella, le había gruñido y le azotó con la parte posterior de su mano en la mejilla, dejando una marca como si tuviera demasiado colorete. Cuando trató de romper con él, la empujó, golpeandola antes de que ella echará a correr dentro de su propio patio y cerrará la puerta.

Más tarde, ella se dejó ver besandose con otro chico, solo para dejarle claro de que habían terminado. Ni siquiera
recordaba el nombre del chico. Lo único que recordaba era que estuvo caminando a casa esa noche, la lluvia mojaba el pelo fino gotas, salpicandose de barro hasta las piernas de sus pantalones vaqueros, ya que tomó un atajo a través del parque cerca de su casa. Recordaba la forma de oscuridad a partir de la explosión detrás del metal del tiovivo, el enorme lobo húmedo tocando su cuerpo en el barro, el dolor salvaje en sus mandíbulas fijas abajo su garganta. Sintió un enorme dolor y gritó, saboreando en su boca su propia sangre caliente, su cerebro estaba gritando: Esto es imposible.

Imposible. No había lobos en Nueva Jersey, no en su barrio suburbano ordinario, no en el siglo XXI.
Sus gritos hizo que las luces se encendieran en las casas cercanas, después de una de las ventanas iluminando como golpeado partidos (¿?). El lobo la dejó ir, sus mandíbulas habían trazado lazos de sangre y carne desgarrada.

Veinticuatro puntos de sutura después, se volvió de color rosa en su dormitorio, su madre asomandose ansiosamente. En la sala de emergencias el medico dijo que parecía una mordedura de perro grande, pero Maia sabía la verdad. Antes en la distancia, había escuchado un susurro caluroso y voz familiar en su oído,

-Eres mía ahora. Siempre serás mía.

Ella nunca vio Jordania de nuevo, él y sus padres hicieron las maletas y se trasladaron del apartamento. Ninguno de sus amigos sabían donde habían ido, o no quisieron admitirlo. Fue sólo con la llegada de la próxima luna llena, cuando los dolores comenzaron: lagrimas de dolor que arrancaron por el dolor de las piernas arriba y abajo, lo que obligó a tirarse al suelo, se le flexionó la columna vertebral con la misma forma que un mago puede doblar una cuchara. Cuando los dientes abrió sus encías, ella se desmayó. O al menos pensaba que lo hizo. Despertó a millas de distancia de su casa, desnuda y cubierta de sangre, con una cicatriz en el brazo pulsante como un latido del corazón. Esa noche saltó del tren a Manhattan.

No fue una decisión difícil. Era bastante mala en ser birracial de su vecindario conservador suburbano. Dios sabía lo que harían a un hombre lobo. No fue difícil de encontrar una manada para entrar . Hubo varios de ellos solo en Manhattan. Ella hizo un trato con el centro de embalaje, los que dormían en la vieja estación de policía en Chinatown. Un grupo de dirigentes hombre lobos. Allí había formado parte del clan de Kito en primer lugar, de Véronique después y, a continuación, de Gabriel, y Lucas en la actualidad. Había querido a Gabriel con todos los derechos, pero Lucas era mejor. Tenía una mirada de confianza y tipo de ojos azules y no era demasiado guapo, por lo que no le desagrada sobre el terreno. Ella se encontraba suficientemente cómoda con ellos, dormir en la antigua estación de policía, las cartas y comer Comida china en las noches cuando no hay luna llena, ir de caza a través del parque cuando lo era, y al día siguiente beber fuera de la resaca de los cambios en el Hunter's Moon, uno de los mejores bares de lobos subterráneos de la ciudad. Hubo cerveza por el patio, y nadie cardar que nunca para ver si eran menores de veintiuno. Ser un lycanthrope te hacía crecer rápidamente, siempre y cuando te crece pelo y colmillos una vez al mes, que eran buenas para beber en la Luna, no importa la edad mundana en la que se encontraban.

En esos días apenas había tenido pensamientos de su familia, pero cuando vió a el chico rubio de largo abrigo negro, Maia se puso rígida. No parecía Daniel, no exactamente, Daniel había tenido el cabello oscuro rizado hasta cerca de la nuca de su cuello y piel de color miel, y este muchacho era todo blanco y oro. Pero tenían la misma órganos magra, de la misma manera de caminar, como una pantera en la busca de presas, y el misma conciencia total de propia atracción. Su mano se apretó convulsivamente alrededor del vaso de vidrio y tuvo que recordarse a sí mismo: él estaba muerto. Daniel esta muerto. Una avalancha de murmullos barrió a través de la barra los pasos de la
la llegada del chico, al igual que la espuma de una ola de propagación de la popa de un barco. El niño actuaba como si no se diera cuenta de nada, enganchó un taburete de bar hacia sí mismo con un pie y arrancó con solución sus codos sobre la barra.

Él derribado la mitad de su bebida con su muñeca. El licor era del mismo color oro oscuro de su cabello.
Cuando él levantó su mano para volver a colocar el vaso en la barra, Maia vio las gruesas marcas negras en las muñecas y las palmas de sus manos.
Bate, el chico sentado junto a ella con el que tuvo algo una vez, pero ahora eran amigos, murmuró algo bajo su aliento que sonaba como "Nefilim". Así que eso era todo. El muchacho no era un hombre lobo en absoluto.
Era un cazador de sombras, un miembro de los arcanos del mundo secreto de la fuerza policial. Que confirmó la Ley, respaldada por el Pacto, y que no podía ser uno de ellos: Pues tenias que haber nacido en ella.
La sangre les hizo lo que eran. Había un montón de rumores acerca de ellos, principalmente desfavorables: Eran altaneros, orgullosos, crueles y despreciaban a los subterráneos. Para los licántropos había solo un par de cosas que le desagradará menos que un cazador de sombras, salvo tal vez un vampiro. La gente también decían que los cazadores sombras demonios estaban muertos. Maia recordó cuando escuchó que habían existido y que los demonios habían dicho acerca de lo que hicieron.

Le había dado dolor de cabeza. Los Lobo y los vampiros sólo eran personas con una enfermedad, no entendía mucho, pero esperarse de todos los que creían en el cielo y la mierda sobre el infierno, ángeles y demonios, y todavía nadie puede decirle con certeza si existe un Dios o no, o ¿que ocurre después de estar muerto? No era justo. Si creía en demonios era debido a que ya había visto lo suficiente para no poder negarlo, pero desearía no tener que hacerlo.

-Considero-, dijo el muchacho, que apoyaba su codo en la barra -, que no sirven Silver Bullet aquí. Demasiadas malas asociaciones?
Sus ojos relucieron estrechos y brillante como la luna en un trimestre completo. El camarero, Freaky Pete, sólo miró al muchacho y sacudió su cabeza en disgusto. Si el niño no hubiera sido un cazador de sombras, Maia adivinaba, que Pete le habría echado de la Luna, pero simplemente caminó hasta el otro extremo de la barra y se dedico a pulir vasos.
-En realidad-, dijo Murciélago, que no podía mantenerse al margen de nada-, no sirven porque es realmente una cagada de cerveza.
El muchacho echó una mirada estrecha y brillante a Murciélago, y sonrió con gran deleite. La mayoría de las personas no sonreían con placer cuando Murciélago miraba divertido: Murciélago que era de seis pies y medio de altura, con una gruesa cicatriz en mitad de su rostro desfigurado por Plata en polvo que había quemado su piel.

Bat solo era uno de los invitados,no formaba parte de la manada los que vivía en la estación de policía, durmiendo en las antiguas celdas. Tenía su propio apartamento, ni siquiera un puesto de trabajo.

Había sido un buen novio, hasta que la que dejó a Maia por una bruja pelirroja llamada Eva que vivía en Yonkers.

-Y ¿qué estás bebiendo?- preguntó el muchacho, que se apoyaba tan cerca de Murciélago que fue como un insulto. -¿Un poco de pelo de perro que poco, así como todo el mundo?
-¿De verdad te crees muy gracioso?-.En este punto, el resto de la manada se inclinaba para escucharlos, dispuestos a realizar una copia de seguridad si Murciélago se decidía a llamar a ese odioso mocoso en el centro de la próxima semana.
-¿No?
- Murciélago-, dijo Maia. Se preguntaba si ella era la único miembro del grupo en el bar pues tenía dudas sobre la capacidad de Murciélago. No era que dudara de Murciélago. Era algo acerca de los ojos del muchacho.
-No-. Ignorado su bate.
-¿No?
-¿Quién soy yo para negar lo obvio?.- El muchacho de los ojos más resbalada Maia como si fuera invisible y se volvió a Bat.
-Supongo que no te gustaría decirme lo que le pasó a su cara? Parece- Y aquí se inclinó hacia adelante y le dijo algo a palo tan tranquilamente que Maia no pudo escucharlo. Lo siguiente que ella supo, fue que Bat balanceo un golpe al muchacho que debería haberle destrozado la mandíbula, sólo que el muchacho ya no estaba. Él estaba de pie a unos buenos cinco pies de distancia, riendo, de como Murciélago había dado con su puño en los vasos abandonados y los envió a través de de la barra de frente a la pared con una lluvia de rotura de vasos.
Freaky Pete fue por el lado de la barra, su primera gran nudo en el palo de la camisa, antes de que Maia pudiera parpadear un ojo. -Eso fue suficiente-, dijo.
-Palo, ¿por qué no das un paseo y se enfria ?-. Bat alcanzó a Pete.
-¿Tomar un paseo?
-¿Has oído?
- he escuchado-. La voz de Pete fue baja. -Él es un cazador de sombras. Camina afuera poco, cachorro-. Bat juró y tiró lejos del camarero. Que acechaba a la salida, su rigidez en los hombros con furia. Golpeó la puerta cerrada detrás de él. El muchacho había dejado de sonreír y estaba mirando Freaky Pete con una especie de oscuro resentimiento, como si el camarero le hubiera quitado un juguete con que tenía la intención de jugar.
-Eso no era necesario-, dijo. -Soy capaz de mi mismo.
Pete consideró al cazador de sombras.
-Es mi bar me preocupa-, dijo finalmente. -Es posible que desees tener tu negocio en otros lugares, cazador de sombras, si no deseas que haya ningún problema.
-No me diga que no quiere problemas-. El muchacho se echó atrás en su taburete. -Además, no llegué a terminar mi trago.

Maia miró detrás de ella, donde la pared de la barra se empapaba con alcohol.
-Parece que se ha terminado para mí.- Por un segundo el muchacho sólo aguardó en blanco y, a continuación, una curiosa chispa de diversión se encendido en su ojos de oro. Le recordaba tanto a Daniel como en ese momento que Maia que quería dejar atrás. Pete resbaló otro vaso de líquido de color ámbar en el bar antes de que el muchacho pudiera responderle a ella.
-Aquí tienes-, dijo. Los ojos de Maia miraron al alrededor. Pensó que vio algunas amonestación en ellos.
-Pete-,- comenzó. Ella no llegó a terminar. La puerta voló al bar abierto. Bate estaba de pie allí en la puerta. Le tomó un momento para darse cuenta Maia de que la parte frontal de su camisa y sus mangas estaban empapadas de sangre. Se deslizó fuera de su materia fecal y corrió hacia él. -Bat! ¿Estás herido?

Su rostro era de color gris, plateado con su cicatriz permanente en su mejilla como un pedazo de alambre retorcido.
-Un ataque-, dijo. -Hay un cuerpo en el callejón. Un niño muerto. Sangre por todas partes.- Se sacudió la cabeza, miró hacia abajo a el mismo. -No es mi sangre. Estoy bien.-
-¿Un cuerpo? Pero, ¿quién- fue la respuesta de Murciélago tragando por la conmoción. Los asientos fueron abandonados por la manada que se apresuraron en llegar a la puerta. Pete salió de detrás de su mostrador y fue empujando abriendose camino a través de la multitud.

Sólo el muchacho cazador de sombras se quedó donde estaba, la cabeza doblada sobre su bebida. A través de las lagunas en la multitud alrededor de la puerta, Maia capturó una visión gris del pavimentación de la calle, salpicado de sangre. Estaba todavía mojado y se había quedado entre las grietas en el pavimento como los zarcillos de una planta de color rojo.

-¿Su garganta esta cortada?- Pete estaba diciendo a Murciélago, cuyo color había llegado de nuevo. -¿Cómo?
-Hubo alguien en el callejón. Alguien de rodillas sobre él-, dijo Murciélago. Su voz era firme. -No como una persona sino como una sombra. Corrió cuando me vio. Él sigue vivo. Un poco.
Maia se inclinó sobre él, se encogió de hombros. Se trataba de un movimiento ocasional, los cables en su cuello se encontraban como las raíces gruesas sobre un tronco de árbol envasado.
-Murió sin decir nada.
-Vampiros-, dijo una mujer licántropo, su nombre era Amabel, Maia pensó que estaba de pie en la puerta.
-La Noche de los Niños. No pudo haber sido cualquier otra cosa.- Miró a su bate, y luego volvió por la habitació hacia la barra. Él agarró el cazador de sombras por la parte trasera de la chaqueta con la mano como si quería decir algo, pero el chico ya estaba de pie, con fluidez.
-¿Cuál es tu problema, hombre lobo?- Bate tenía todavía la mano extendida.
-¿Es usted sordo, Nefilim?- gruñó él. -Hay un muchacho muerto en el callejón. Uno de los nuestros.
-¿Quiere decir una licántropo o algún otro tipo de subterráneo?- dijo el muchacho con cejas arqueadas, -Todos ustedes se funden para mí.

Hubo un bajo gruñir de Freaky Pete, señaló Maia con cierta sorpresa. Había llegado de nuevo al bar y estaba rodeada por el resto de la manada, con sus ojos fijos en el cazador de sombras.
-Él era sólo un cachorro,- dijo Pete. -Su nombre era José.- El nombre no le sonaba a Maia, pero vio a Pete apretado la mandíbula y sintió un aleteo en el estómago. Eso hanía sido una declaración de guerra y si el cazador de sombra tenía algún tipo de sentido, se habría arrepentido como loco. Pero no tenía, sin embargo. Se quedó justo ahí mirando con los ojos de oro y con una graciosa sonrisa en su rostro.
-¿Un licántropo muchacho?-, dijo.
- Era uno de la manada-, dijo Pete. -Tenía sólo quince años.
- ¿Y qué es exactamente lo que tu espera que yo haga al respecto?- dijo el muchacho. Pete se le quedó incredulamente mirando.
-Eres Nefilim-, dijo. -La Clave nos debe la protección en estas circunstancias.

El niño miró alrededor de la barra, lentamente y con esa mirada de insolencia, repartidas en la cara de Pete con rubor.
-No veo de que es necesario proteger aquí-, dijo el muchacho. -Salvo algunas malas decoración molde y un posible problema. Sin embargo, normalmente se puede aclarar con lejía.
-Hay un cuerpo muerto fuera de esta barra en la puerta-, dijo el Murciélago, enunciando cuidadosamente. -¿No cree..?
-Pienso que es un poco tarde para que él necesite protección-, dijo el muchacho, -si ya está muerto.

Pete se le quedó todavía mirando. Había crecido sus orejas puntiagudas, y cuando él habla, su voz fue apagada por el engrosamiento de los dientes caninos.
-¿Quieres ser cuidadoso, Nefilim ?-, dijo. -¿Quieres ser muy cuidadosos?.

El muchacho le miró con los ojos opacos.
-¿Me equivoco?
-¿Así que no vamos a hacer nada? dijo Bat. -¿Eso es todo?
-Voy a terminarme mi bebida-, dijo el muchacho, mirando su vaso, aún sobre la mesa, -si usted quisieran.
-¿Así que esa es la actitud de la Clave, una semana después de los acuerdos?- dijo Pete con disgusto. -¿La muerte de subterráneo no es nada para ti?

El muchacho sonrió, y la columna vertebral tembló Maia. Aguardó exactamente como cuando Daniel extrajo las alas de una mariquita.
-¿Cómo los subterráneos?-, dijo, -esperando a que la Clave limpie tu desorden por ti. Como si pudiéramos ser molestado sólo porque algunos cachorros estúpido decidieran hacer salpicaduras de pintura en su propio callejón- Y él utiliza una palabra para que nunca se utiliza a sí mismo, una palabra desagradable que de manera sucia implica una inadecuada relación entre los lobos y las mujeres humanas. Antes que nadie pudiera imaginarse que iba a pasar, Bat se tiró encima del mismo cazador de sombras, pero el muchacho se había ido. Bat tropezó y giró alrededor, mirando. La manada aguardaba el aliento. Maia enmudeció con la boca abierta. El muchacho estaba de pie en la barra, con los pies alejados el uno del otro. Realmente no parecía un ángel vengador preparado para enviar justicia divina de lo alto, como el cazador de sombras debería hacer. Entonces él se acercó una mano y sus dedos curvado hacia sí mismo, rápidamente, hizo un gesto a familiar desde el patio de recreo como un "venid a mi" y la manada se apresuraron a él.

Murciélago y Amabel corrieron hasta el bar, donde el muchacho, tan rápidamente que su reflejo en el espejo detrás de la barra parecía borroso. Maia lo vio como rapidamente los dos fueron al suelo gimiendo en una ráfaga de cristales destrozado. Podía escuchar al muchacho riendo incluso cuando alguien llegó y tiró de él hacia abajo, sino que se hundió en la multitud con una facilidad de voluntad y, a continuación, no podía verle en absoluto, sólo un conjunto de brazos y piernas. Sin embargo, ella pensó que podía seguir oyendole reír, incluso con el metal el borde de un cuchillo y se oyó a sí misma en su respiración.

-Ya fue suficiente.

Era la voz de Lucas, tranquila, constante como un latido del corazón. Es curioso cómo siempre reconocía la voz líder. Maia se dió la vuelta y lo vio de pie justo a la entrada del bar, con una mano contra la pared. Miró no sólo de cansancio, mas bien devastado, como si algo se le desgarrara abajo desde el interior, su voz estaba en calma de nuevo, dijo,
-Ya fue suficiente. Deje al muchacho solo.

El grupo se alejó del cazador de sombras, dejando sólo todavía en pie, desafiante, con un desgarre en la parte posterior su camisa. El muchacho tenía su cara sangrienta cara pero casi parecía una persona que mejor era esquivar, tenía sonrisa de aspecto tan peligroso como el vidrio roto.

-Él no es un niño-, dijo murciélago. -Es un cazador se sombras-.
-Son bienvenidos aquí-, dijo Luke, con su tono neutro. -Ellos son nuestros aliados.
-Dijo que no le importaba-, dijo airadamente murciélago. -Lo de Joseph.
-Lo sé,- dijo Lucas en silencio.
Sus ojos pasaron por la joven rubia.
-¿Viniste aquí sólo para una pelea, Jace Wayland?

El muchacho sonrió, estirando su labio rajado, haciendo que un delgado hilo de sangre corriera por su barbilla.
-Lucas-. Bat, se asusta al escuchar al líder salir de la boca el nombre sale un cazador de sombras, dejando de lado la parte de atrás de la camisa Jace. -Yo no sabía..
-No hay nada que saber-, dijo Lucas, con el cansancio de los ojos arrastrándose en su voz. Freaky Pete habló, su voz hizo un bajo zumbidos.
- Él dijo que la Clave no se preocupaba por la muerte de un solo licántropo, incluso de un niño. Y esto es una semana después de los Acuerdos, Lucas.
-Jace no habla de la Clave-, dijo Lucas, -y no hay nada que podiera haber hecho, incluso si hubiera querido. ¿No es verdad?
Miró a Jace, que estaba muy pálido.
-¿Cómo..?
-Sé lo que sucedió-, dijo Lucas. -Con Maryse-. Jace se puso rígido, y por un momento Maia dejó de recordarle a su hermano Daniel y esos ojos oscuros y agonizante y le recuerdaron más a los suyos propios.
-¿Quién te dijo? ¿Clary?
- No fue Clary.

Maia no había oido nunca a Lucas pronunciar ese nombre antes, pero él lo dijo con un tono que implicaba que se trataba de alguien especial para él, y para el muchacho cazador se sombras también.
-Soy líder de la manada, Jace. Oigo cosas. Ahora vamos. Vamos a ir a la oficina de Pete y hablar.

Jace dudó por un momento antes de caminar.
-Bien,- dijo, -pero me debes una bebida para por las heridas.

-Ese fue mi última supongo,- dijo Clary derrotada con un suspiro, hundiéndose en los pasos fuera del Museo Metropolitano de Arte y mirando hacia abajo hacia la Quinta Avenida.
-Estuvo bien. -Simon se sentó a su lado -Quiero decir, él es un chico que le gusta las armas y la muerte, así que ¿por qué no la más grande colección de armas toda la ciudad? Y estoy siempre para hacer una visita a las armas y armaduras, de todos modos. Me da ideas para mi campaña". Ella le miró con sorpresa.
-¿Aún juegas con Eric y Kirk y Matt?
-Claro que sí. ¿Por qué no?
-Pensé que el juego podría haber perdido parte de su gracia para ti que desde el ...- Desde que nuestra vida real comenzó a parecerse a una de sus campañas. Con buenos, malos, magia muy desagradable, e importantes objetos encantados a encontrar si querías ganar el juego. Salvo que en un juego, los chicos buenos siempre ganan, derrota a los malos y llegas a casa con el tesoro. Considerando que en la vida real, habían perdido el tesoro, a veces, Clary todavía no tenía claro sobre quién era el malo y quienes los buenos. Ella miró a Simón y sintió una ola de tristeza. Si le hacía renunciar a los juegos de azar, sería su culpa, al igual que todo lo que había le había ocurrido en las últimas semanas había sido culpa suya. Recordaba su cara blanca en el fregadero por la mañana, justo antes de que él la hubiera besado.

-Simón-,- comenzó.
-Ahora mismo estoy jugando con una media clérigo troll que quiere vengarse de los Minerales que mató a su familia-, dijo alegremente. -Es increíble-. Ella se rió al igual que su teléfono móvil empezó a sonar. Rebuscó fuera de su bolsillo y lo sacó, era Lucas.
-Nosotros no lo encontramos-, dijo, antes de que pudiera decir hola.
-No. Pero yo si lo hice-.
Se sentó con la espalda recta.
-¿Está bromeando. ¿Está allí? ¿Puedo hablar con él?

Ella capturó la vista de Simon en su búsqueda y redujo su voz drásticamente.
-¿Está bien?
-Casi.
-¿Qué quieres decir, en su mayoría?
- Él buscó una lucha con un lobo de la manada. Tiene algunos cortes y magulladuras.

Clary medio cerró sus ojos. ¿Por qué, oh porqué, Jace había buscado una lucha con una manada de lobos? ¿En que estaba pensando? Por otra parte, era Jace. Hubiera elegido luchar con un camión Mack, si fuera necesario.

- Creo que deberías venir-, dijo Lucas. -Alguien tiene que razonar con él y no estoy teniendo mucha suerte.
-¿Dónde estás?- Clary preguntó.


Un bar llamado el cazador de la Luna en Hester Street. Se pregunta si tendría glamour. Rápidamente cerró su teléfono, se volvió a Simón, quien la estaba mirando con las cejar arqueadas. "

-¿El pródigo regresa?
-Más o menos.

Ella miró hacia a sus pies y piernas cansadas mientras se estiraba, calculaba mentalmente cuánto tiempo les tomaría llegar a Chinatown en el tren y si merecía la pena usar el dinero del bolsillo que Lucas le había dado para un taxi. Probablemente no, pues seguramente, en caso de que quedarían atascados en el tráfico, y tardarían más tiempo que en el metro.
-... Ir con vosotros?- dijo Simon terminando, de pie. Siguio el paso por debajo de ella, que hizo casi la misma altura. -¿Qué piensas?- Ella abrió su boca y, a continuación, la cerró de nuevo rápidamente. -Eh ...- Él renunció a sonar.
- No has escuchado una sola palabra que he dicho en estos dos últimos minutos, ¿no?
-No-, admitió. -Estaba pensando en Jace. Parecía que estaba en malas condiciones. Lo siento.

Sus ojos marrones oscuros.
-¿Debo entender que estas corriendo para ir a currar sus heridas?
- Lucas me pidió que fuera-, dijo. -Yo esperaba que vinieras conmigo.- Simon dio patadas en el paso anterior a unas raices .
-Yo, pero, ¿por qué? Lucas no puede hacer volver a Jace al Instituto sin tu ayuda?

-Probablemente. Pero piensa que Jace puede estar dispuesto hablar conmigo sombre lo que pasó en primer lugar.
-Pensé que quizás podríamos hacer algo esta noche-, dijo Simon. -Algo divertido. Séase una película. Obtener el centro de la cena.

Ella le miró. En la distancia, podía oír las salpicaduras de agua en un museo fuente. Pensó en la cocina de su casa, sus manos húmedas en el pelo, pero todo parecía muy lejos, a pesar de que la imagen se podía ver de la misma forma en que tu puedes recordar la fotografía de un incidente sin realmente recordar el incidente por más tiempo.
-Él es mi hermano-, dijo. -Tengo que ir.-
Simon miró como si estuviera demasiado cansado incluso suspiro.
-Entonces me iré con ustedes.

La oficina de el Cazador de Luna se establecía en un estrecho pasillo lleno de aserrín. Aquí y allá el aserrín era batido por pasos y manchas de un líquido oscuro que no parecía cerveza. Todo el lugar olía humo y gamy, un poco como a perro mojado, aunque Clary jamas lo hubiera admitido delante de Lucas.

-Él no está de un muy buen humor., dijo Lucas, haciendo una pausa delante de una puerta cerrada. -Lo encerré en la oficina de Freaky Pete después de que casi matará a casi la mitad de mi manada con sus propias manos. No quiso hablar conmigo, para que?-Lucas se encogió de hombros- Yo pensé en ti.

Esperaba desde Clary desconcertado frente a la de Simón.
-¿Qué?
-No puedo creer que vino aquí, -dijo Clary
-No puedo creer que conozcas a alguien Freaky llamado Pete- , dijo Simon.
-Yo conozco a mucha gente -, dijo Lucas.

Él pasó la puerta ancha de la oficina. Dentro de una llanura sala, sin ventanas, las paredes cuelgan banderines de deportes. Había una mesa de papel sembrado lastrado con un pequeño televisor, y detrás de ella, en una silla de cuero que estaba tan agrietada que parecía nervadas de mármol, estaba Jace. En el momento en la puerta se abrió, Jace cogió un lápiz de color amarillo sobre la mesa y lo tiró. Voló por el aire y golpeó la pared junto a la cabeza de Lucas, en el que pegados, vibrante. ampliando los ojos de Lucas. Jace sonrió ligeramente.

-Lo siento, no me había dado cuenta de que eras tu.

Clary sintió que su corazón se contrajo. Ella no había visto Jace en días, y se veía diferente de alguna manera, no sólo con la cara sangrienta y sus magulladuras, que era algo claramente nuevo, sino por la piel de su rostro que parecía más estricta, los huesos más prominentes. Lucas señaló a Clary y Simon con su mano.
- Traje algunas personas a verte.- Jace puso sus ojos en ellos. Fueron como blanco
- Desafortunadamente,- dijo -Yo sólo tenía un lápiz.
-Jace-, comenzó Lucas.
- No quiero que esté aquí.- Jace señaló con su mentón hacia Simon.
- Eso no es realmente justo.-dijo Clary indignadose. Había olvidado que Simon había salvado la vida de Alec, posiblemente toda su vida?
- Fuera, mundano-, dijo Jace, apuntando a la puerta.

Simon agitó una mano.
-Está bien. Voy a esperar en el pasillo-. Dejó, absteniéndose de golpear la puerta cerrada detrás de él, aunque Clary podría decir era lo que quería.

Se volvió de nuevo a Jace.
-¿Tiene que ser así?, comenzó, pero se detuvo cuando vio su rostro. Parecía desmontado, extrañamente vulnerable.
-¿Desagradable? -terminó para ella. -Sólo en los días en que mi madre adoptiva me echa de casa con instrucciones no volver a ir a la puerta de su casa de nuevo. Por lo general, soy muy afable. Pruebame en cualquier día que no termina en ...
Lucas frunció el ceño.
-Maryse y Robert Lightwood no son mis personas favoritas, pero no puedo creer Maryse hiciera algo así.

Jace miró sorprendido.
-¿Os conoceís? ¿A los Lightwoods?
-Ellos estaban en el círculo conmigo-, dijo Lucas. -Me sorprendió cuando me enteré que se dirigían el Instituto aquí. Parece ser que hicieron un acuerdo con la Clave, después del levantamiento, a fin de garantizar algún tipo de clemencia para ellos mismos, mientras que Hodge, así, sabemos lo que pasó con él. - Fue un momento en silencio. -Quiso decir Maryse exiliada fue la razón por la que, por así decirlo?
-Ella no cree que yo pensaba que era el hijo de Michael Wayland. Ella me acusó de estar en asociado de con Valentine y que yo le ayudé a conseguir la Copa Mortal.

-Entonces ¿por qué sigues aquí?- Clary preguntó. -¿Por qué no has huido con él?-
-Ella no lo dijo, pero sospecho que ella piensa que yo me quedé para ser un espía. Una víbora en sus pechos. No es que ella usara la palabra 'pechos', pero la idea estaba allí.
-Un espía de Valentíne?- Lucas parecía consternado.
-Ella piensa que Valentíne a supuesto que iban a creerme debido a su afecto por mí, por lo que Maryse ha decidido que la solución es no tener ningún afecto por mí.
-El cariño no funciona así.- Lucas sacudió la cabeza. -Tu no puedes apagarlo, como un toque. Especialmente si se trata de un padre.
-No son realmente mis padres.
-No solo la sangre te hace padre. Han sido tus padres durante siete años de todas las maneras posibles. Maryse esta sólo dolida.
-¿Dolida?- Jace sonaba incrédulo. ¿Ella esta herida?
- Ella amaba Valentíne, recuerda-, dijo Lucas. -Como todos lo hicimos. Es bueno haciendote creerle y hacerte daño. Ella no quiere que su hijo le haga lo mismo. Le preocupa que hayas mentido a ellos. Que la persona que pensaban que estaba todos estos años era una mentira, un truco. Tienes que tranquilizarla.

Jace tenía una expresión de una perfecta mezcla de obstinación y asombro.
-Maryse es un adulto! Ella no necesita garantías de mí.

-Oh, vamos, Jace,- dijo Clary. -No se puedes esperar un perfecto comportamiento de todos. Los adultos se comen la cabeza demasiado. Regresa a el Instituto y hablar con ella racionalmente. Sé un hombre.
-No quiero ser un hombre-, dijo Jace. -Quiero ser un inmaduro adolescente que no puede afrontar sus propios demonios interiores y lo lleva a cabo verbalmente en lugar de otras personas.
-Bueno-, dijo Lucas, - en eso estas haciendo un trabajo fantástico.

-Jace-, dijo Clary apresuradamente, antes de poder empezar a combatir en serio,
-lo que tiene que hacer es volver al Instituto. Piensa en Alec y Izzy, piense lo que es esto para ellos.
-Maryse hará algo para calmarlos. Tal vez ella diga que huí.
-Eso no funcionará-, dijo Clary. -Isabelle sonaba frenética en el teléfono.
-Isabelle siempre suena frenética-, dijo Jace, pero se veía satisfecho.

Se inclinó en la silla. Los hematomas a lo largo de su mandíbula y pómulo se destacaron como oscuros, marcanose en contra de su piel.
-No voy a volver a un lugar donde no me tienen confianza. Yo no tengo diez años. Puede cuidar de mí mismo.

Lucas parecía que no estuviera seguro acerca de eso.
-¿Dónde vas a ir? ¿Cómo vas a vivir?- los ojos de Jace brillaban.
-Tengo diecisiete. Prácticamente soy adulto. Cazador de sombra todo un adulto con derechos.
-Cualquier adulto. Pero tu no eres uno. No puedes sacar un sueldo de la Clave porque eres aún demasiado joven, y, de hecho, los Lightwoods están obligados por Ley a cuidar de ti. Si no, alguien sería nombrado o..
-¿O qué? - sugerió Jace desde la silla.- ¿Voy a ir a un orfanato en Idris? ¿Siendo objeto de cambio de algunos familiares que nunca he conocido? Puedo conseguir un trabajo en el mundo mundano en un año, vivir como uno de ellos.
-No, no puedes, -dijo Clary.-Yo lo sé, Jace, yo fui uno de ellos. Eres demasiado joven para cualquier trabajo que desees y, además, las habilidades que tienen, son, la mayoría de asesinos profesionales mayores que tú. Y son delincuentes.
-No soy un asesino.
-Si vives en el mundo mundano -, dijo Lucas,-eso es todo lo que serás.

Jace se tensó, apretando la boca, y Clary supo que las palabras de Lucas le habían golpeado de lleno.
- Yo no puedo hacer eso-, dijo,con una repentina desesperación en su voz. -No puedo regresar. Maryse quiere que diga que odio de Valentíne. Yo no puedo hacer eso .

Jace levantó su mentón, la mandíbula conjunto haciendole aparentar un hombre de mas edad, aguardando mientras miraba a los ojos a Lucas a que éste, respondiera con burla o incluso con horror. Después de todo, Lucas tenía más razón que nadie para odiar a Valentíne.
-Ya sé-, dijo Lucas. -Yo lo quise una vez también.

Jace exhaló, casi con un sonido de socorro, y de repente Clary pensó, Este era el motivo por el que vino aquí, a este lugar. No sólo para empezar una lucha, sino para llegar a Lucas. Porque Lucas lo entendería. No todo lo que hizo Jace fue demencial y suicida, se dijo a sí misma. Simplemente parecía de esa manera.

-No debes tener que declarar que odias a tu padre-, dijo Lucas. -Ni siquiera para tranquilizar a Maryse. Ella debe entenderlo.
Clary miró a Jace de cerca, tratando de leer su rostro. Era como un libro escrito en una lengua extranjera que había estudiado muy brevemente.
-¿Ella realmente te dijo que no quería que regresaras nunca?-Clary preguntó. "¿O que es lo que asumiste que significaba, por lo que ella dijo?.
-Me dijo que probablemente sería mejor que encontrara algún otro lugar para estar por un tiempo-, dijo Jace. -No dijo dónde.
-¿Te han de darte una oportunidad ?- Lucas dijo. -Mira, Jace. Puedes pasar una estancia agradablemente conmigo tanto tiempo como sea necesario. Quiero que sepas eso.
El estomago de Clary se volteó. El pensamiento de Jace en la misma casa en la que vivía, siempre cerca, le fue llenando con una mezcla de exultación y el horror.
-Gracias-, dijo Jace. Su voz era aún, pero sus ojos se habían ido de inmediato, con impotencia, a Clary, y ella podía ver en ellos la misma horrible mezcla de emociones que sentía en sí misma.

Lucas, pensó. A veces deseaba que no fuera tan generosos. O Más o menos tan ciego.
-Pero,- Lucas pasó -, creo que debería por lo menos volver al Instituto el tiempo suficiente para hablar con Maryse y averiguar lo que realmente pasa. Suena como si hubiera más de lo que ella está diciendo. Más información, tal vez, estarán dispuestos a escuchar.
Jace rasgó su mirada a la de Clary.
-Muy bien-. Su voz era áspera. -Pero con una condición. No quiero ir por mi.
-Voy a ir con ustedes,- dijo Clary rápidamente.

-Lo sé.- Jace fue la voz de bajo. -Y quiero que Lucas venga.

Lucas parecía asustado.
-Jace, yo he vivió quince años y nunca he ido al Instituto. Ni una sola vez. Dudo que Maryse tenga algún afecto por mi."
-Por favor-, dijo Jace, y aunque su voz era plana y habla en silencio , Clary pudo sentir casi como algo palpable, el orgullo que había tenido que luchar por decir esa sola palabra.
-Muy bien-. Lucas asintió, el guiño de un líder acostumbrado a hacer lo que tenía que hacer, si quería o no. -Entonces voy a ir con vosotros.

Simon se inclinó contra la pared en el pasillo fuera de la oficina de Pete y trató de no sentir lástima de sí mismo. El día había empezado bien. Bastante bien, de hecho. En primer lugar, había sido mala con el episodio de la película Drácula en la televisión cuando él se sientió enfermo y débil, con lo todas las emociones, los anhelos, que había estado tratando de empujar hacia abajo y olvidar. Luego alguna enfermedad la había golpeado al borde exterior de sus nervios y se había encontrado a sí mismo besando a Clary de la forma en que había querido durante tantos años. La gente siempre dice que las cosas no resultaran de la manera en que se lo imaginan. La gente se equivoca. Y ella le besó de nuevo ...


Pero ahora ella estaba allí con Jace, y Simon tuvo un nudo, una sensación retorcedora en el estómago, como si hubiera tragado un cuenco lleno de gusanos. Se trataba de un sentimiento enfermo que se había acostumbrado últimamente. No había sido siempre así, incluso después de confesar lo que sentía a Clary. Nunca la había presionado, nunca empujó sus sentimientos en ella.
Había estado siempre seguro de que un día se despiertaría de sus sueños de príncipes y de héroe de animación Kung Fu y darse cuenta de lo que tenían enfrente ambos: Pertenecían estar juntos. Y si no parecía haber estado interesada en Simon, por lo menos no parecía estar interesada en cualquiera de los demás. Hasta Jace. Recordó sentado en el porche pasos de la casa de Lucas, Clary viendo como ella le explicó que era Jace, lo que hizo, mientras que Jace examinado clavos y dijo que su superior. Simon apenas había oído hablar de ella. Había estado demasiado ocupado para notar cómo ella miraba al muchacho rubio con los extraños tatuajes y el ángulo de su cara. Demasiado bonito, Simon había sospechado, pero claramente Clary no había pensado así: Ella le miró como si él fuera uno de sus héroes animados que recobran vida. Nunca había visto mirarle a nadie antes, y siempre había pensado que si alguna vez lo haría, sería a él. Pero no fue, doliendole mas de lo nunca hubiera imaginado que pudiera doler cualquier cosa. Enterarse de que Jace era el hermano de Clary, era como si marcharan en frente de un pelotón de fusilamiento y luego se hiciera un respiro en el último minuto. De repente, el mundo parecía lleno de posibilidades de nuevo. Ahora él no estaba tan seguro.
-Hola.- Alguien se acercó a lo largo del corredor, -¿Estás esperando a ver Lucas? ¿Está allí?
-No exactamente. Simon se alejó de la puerta. -Quiero decir, no a él. Esta allí con una amigo mío.

La persona, que había llegado sola, parada y mirando. Simón podía ver que era una niña, cerca de dieciséis años, con la piel lisa de color marrón claro. Su pelo marrón-oro fue trenzado cerca de la cabeza de decenas de pequeñas trenzas, y su rostro era casi exactamente de forma de corazón. Tenía cuerpo curvo, caderas amplia con una cintura más pequeña.

-¿Ese tipo del bar? El cazador de sombras? -Simon se encogió de hombros. -Bueno, ¡Odio decirte esto-, dijo, -pero tu amigo es un idiota.
-Él no es mi amigo-, dijo Simon. "Y no podría estar más de acuerdo contigo, en realidad.
-Pero pensé que habías dicho.
-Estoy esperando a su hermana-, dijo Simon. -Ella es mi mejor amigo.
-¿Y ella esta allí con él ahora?.
La chica llevó su pulgar hacia la puerta. Usaba anillos en cada uno de sus dedos, de aspecto primitivo con bandas de bronce y oro. Sus pantalones vaqueros estaban gastados, pero limpioa y cuando volvió la cabeza, vio la cicatriz que corría a lo largo de su cuello, justo por encima del cuello de su camiseta.
-Bueno-, dijo a regañadientes, -sé de hermanos idiota. Supongo que no es su culpa.
-No-, dijo Simon. -Pero ella es tal vez la única persona que escuche.
-No me parece que sea del tipo que escuchan-, dijo la niña, y capturado su mirada de soslayo. Miró con diversión a través de su cara. -Estas buscando mi cicatriz. Donde fue mordida.
3. El Inquisidor
La primera vez que Clary estuvo en el Instituto, lo había visto como una iglesia en ruinas, con el techo roto, manchado de color amarillo, con la cinta de restricción de la policía en la puerta cerrada. Ahora no tenía que concentrarse para disipar la ilusion. Incluso desde el otro lado de la calle podía ver exactamente como era, una torre de catedral gótica cuyas agujas parecian atravesar la oscuridad del cielo azul, como cuchillos. Lucas estaba en silencio. Se desprendia de su rostro una mirada por la que se vislumbraba que algun tipo de lucha estaba teniendo en su interior. Mientras subia las escaleras, Jace rebuscó dentro de su camisa, como de costumbre, pero cuando sacó la mano, ésta estaba vacía. Se rió sin alegría.
- Lo olvidé. Maryse me quitó mis llaves antes de irme.
- Por supuesto ella lo hizo.
Lucas estaba erguido en frente de la puertas del Instituto. Tocó suavemente los símbolos tallados en la madera, sólo por debajo del arquitrabe.
- Estas puertas son como las del Salón de Consejo de Idris. Nunca pensé que volvería a verlas de nuevo .
Clary casi se sintió culpable por tener que interrumpir la distracción de Lucas, pero había cuestiones prácticas que atender.
- Si no tenemos una llave...
- No debería ser necesario. El Instituto debería de estar abierto para cualquiera de los Nefilim siempre que no suponga dañar al resto.
- ¿Qué sucede si supone un daño para nosotros? - Jace murmuró. La pregunta dejó a Lucas acorralado, sin escapatoria.
- No creo que hagan una diferencia.
- Sí, la Clave de la cubierta de las pilas siempre tu camino.
La voz de Jace era sombría, su labio inferior estaba hinchado, su párpado izquierdo era aún morado. ¿Por qué no se curaba a sí mismo? Se preguntaba Clary.
- ¿Tambén te quitaron tu estela?
- No me llevé nada cuando me fui , -dijo Jace. -No quería llevarme nada que perteneciera a los Lightwoods conmigo.
Lucas le miró con cierta preocupación.- Cada cazador de sombras debe tener una estela .
- Así que voy a tener que conseguir otra,- dijo Jace, y puso la mano a la puerta del Instituto.
- En el nombre de la Clave,- dijo: - Pido que se me permita la entrada a este lugar santo. Y en el nombre del Ángel Raziel, pido bendiciones sobre su misión,
La puerta se abrió. Clary podía ver el interior de la catedral a través de ellos, la sombra la oscuridad iluminada por aquí y allá por velas en grandes candelabros de hierro.
-Bueno, eso es conveniente,- dijo Jace. - Supongo que las bendiciones son más fáciles de encontrar de lo que yo pensaba. Tal vez debería pedir bendiciones en mi misión en contra de todos los que visten de blanco después del Día del Trabajo.
- El ángel sabe lo de tu misión, -dijo Lucas.- No tienes que decir las palabras en voz alta, Jonathan .
Por un momento pensé Clary vio algo parpadeo Jace en la cara, incertidumbre, sorpresa y tal vez incluso alivio.Pero todo lo que dijo fue:
-No me llames así. Ese no es mi nombre.



Ellos hicieron su camino a través de la planta baja de la catedral, pasaron por los bancos vacios y la luz quema para siempre en el altar.
Lucas miraba a su alrededor, con curiosidad, parecía sorprendido, hasta cuando llegaron al ascensor, que era como una jaula dorada.
- Esto debe haber sido idea de Maryse,- dijo, una vez dentro del ascensor. - Es totalmente de su gusto.
- Lleva aquí tanto tiempo como yo, - dijo Jace, cerrando la puerta tras ellos con un estruendo.
El viaje fue breve, y ninguno de ellos habló. Clary jugó nerviosamente con las tiras de su bufanda. Se sentía un poco culpable por haber dicho a Simon que se marchara a casa y esperase a que le llamara más tarde. Ella le había visto molesto desde que se despidieron en el Canal Street . Sin embargo, ella no podía imaginar lo que sucederia si llevara un mundano con ella ahí.

El ascensor llegó a la parada haciendo una gran estruendo y se encontraron con Iglesia esperandoles en la entrada, con su viejo collar rojo. Jace se agachó para acariciar con el dorso de la mano la cabeza del gato.

- ¿Dónde está Maryse?- Iglesia hizo una ruido en su garganta, a medio camino entre un gruñido y un ronroneo, y emprendió la marcha por el pasillo. Ellos la siguieron, Jace en silencio, Lucas mirando alrededor con evidente curiosidad.
- Nunca pensé que vería el interior de este lugar .
Clary preguntó,- ¿Se parece a como pensabas que sería?
-He estado en los institutos de Londres y París, si es diferente a los que no, no. Aunque de alguna manera-
- De alguna manera, ¿qué?- Jace fue varios pasos por delante.
- Es frío,- dijo Lucas.
Jace no dijo nada. Habían llegado a la biblioteca. Iglesia se sentó
como indicando que no tenía previsto ir más lejos. Las voces eran ligeramente audibles a través de la gruesa puerta de madera, pero Jace la abrió de un empujón y sin llamar. Clary escuchó una voz exclamar con sorpresa. Por un momento su corazón pensaba en Hodge, en todos los momentos que había vivido en esta sala. Tenia gravada la voz de Hodge, y a Hugin, el cuervo, que fue su casi compañero constante, y que, obedeciendo las órdenes de Hodge, casi le arrancó los ojos. No era Hodge, por supuesto. Detrás de la enorme mesa de caoba que se apoyaba en las espaldas de dos ángeles de piedra de rodillas, estaba sentada una mujer de mediana edad que se parecia a Isabelle y tenia el cabello de color negro como el de Alec, delgada, nerviosa, recia. Vestía un traje negro puro, muy simple, en contraste con los múltiples anillos de colores brillantes que llevaba en sus dedos. A su lado habia otra figura: un delgado adolescente, algo musculoso, con el pelo rizado y oscuro, piel de color miel. Cuanso se volvió a mirarlos, Clary no pudo retener una exclamación de sorpresa.
- ¿Rafael?
Por un momento el chico miró sorprendido. Entonces sonrió, sus dientes muy blancos y
fuerte, no resultaba sorprendente, teniendo en cuenta que era un vampiro.
- Dios, -dijo, refiriéndose a sí mismo Jace.
- ¿Qué te pasó, hermano? Por tu aspecto parece como si una manada de lobos que hubieran tratado de romperte en trozos.
- Eso es un tanto sorprendentemente, -dijo Jace,- ¿eres bueno con las adivinanzas o has oído hablar de lo que pasó?

La sonrisa de Rafael se convirtó en una mueca.
- He oído cosas.
La mujer de detrás del mostrador se puso en pie.
- Jace,- dijo, con la voz llena de ansiedad. - ¿Ocurrió algo? ¿Por qué estás de vuelta tan pronto? Pensé que iban a quedarse más...
Su mirada se trasladó pasado de Lucas a Clary.
- ¿Y quién eres tu?
- La hermana de Jace,- dijo Clary.
Los ojos de Maryse se centraron sobre Clary.
- Sí, puedo verlo. Te pareces a Valentíne.
Se volvió de nuevo a Jace.
- ¿ Y trajiste a tu hermana contigo? Y a un mundano, como así? No es seguro para ninguno estar aquí ahora. Y, menos, para un mundano.
Lucas, sonriendo ligeramente, dijo:
- Pero yo no soy un mundano.
La expresión de Maryse fue cambiando poco a poco, de desconcierto al choque, cuando miró a Lucas por primera vez.
- ¿Lucian?
- Hola, Maryse, - dijo Lucas.- Ha pasado un largo tiempo.

La cara de Maryse se quedo helada, y en ese momento miró
como si fuera mucho mayor, mayor incluso que Lucas. Se sentó cuidadosamente.
- Lucian,- dijo de nuevo, mientras ponia las manos planas sobre la mesa. - Lucian Graymark.
Rafael, que había estado observando la escena con los ojos brillantes y con la mirada curiosa de un pájaro, se dirigió a Lucas.
- Usted es quien mató a Gabriel.
¿Quién es Gabriel? Clary miraba a Lucas, perpleja.
Se encogió ligeramente de hombros.
- Lo hice, sí, al igual que maté al líder de la manada antes que él. Así es como funcionan los licántropos.
Maryse le miró. - ¿El papel de líder?

- Si el papel de lider es el que tengo ahora, es el momento de que nosotros hablemos,- dijo Rafael, inclinando la cabeza graciosamente en la dirección de Lucas, aunque sus ojos eran cautelosos. - Aunque no en este preciso momento; tal vez.
- Enviaré a alguien para arreglarlo,- dijo Lucas. - He estado algo ocupado últimamente. No podía estar detrás de sutilezas.
- Es posible,- fue todo lo que dice Rafael. dio vuelta atrás a Maryse. -¿Nuestra visita concluye aquí?
Maryse hablaba con un esfuerzo.
- Si dices que los hijos de la noche no participaron en estos asesinatos, entonces yo te tomaré la palabra. Estoy obligada a, a menos que otras pruebas salgan a la luz.
Rafael frunció el ceño.
- ¿A la luz?,- dijo.- No es una expresion que me agrade mucho. -se volvió entonces, y Clary vió que podía ver a través de los bordes de él, como si fuera una fotografía que tubiera el contorno de los márgenes borrosos. Su mano izquierda era transparente, y a través de ella podía ver la bola del mundo de metal de Hodge que siempre había mantenido sobre la mesa. Se escuchó a sí misma hacer un poco de ruido por la sorpresa, y vió como la transparencia se propagaba de sus manos hasta los brazos y de su hombros al pecho, en un momento se había ido, como si se hubiera borrado el esbozo de se figuara. Maryse exhalado un suspiro de alivio. Clary dijo.
- ¿Esta muerto?
- ¿Quien, Rafael? -Jace dijo.- No es probable. Seguramente fuese sólo una proyección de él. No puede entrar en el Instituto con su cuerpo orgánico.
- ¿Por qué no?
- Porque este es terreno sagrado, dijo Maryse .- Y él es un condenado.
No perdió de los ojos su mirada de frialdad invernal cuando se volvió hacia Lucas. - ? Tu, eres el jefe de la manada de aquí? -preguntó. - Supongo que debería estar sorprendida. No parece ser tu método, ¿no?
Lucas hizo caso omiso s la amargura en su tono.
- ¿Rafael estaba aquí por lo del cachorro que murió hoy?
- Por eso, y por el brujo muerto ,- dijo Maryse.- lo han encontrado asesinado en el centro, hace dos días.
- Pero, ¿por qué estaba aquí Rafael?
- El brujo fue drenado de sangre,- dijo Maryse.- Parece que quien ha asesinado el lobo
se ha interrumpido antes de la sangre podrían ser adoptadas, pero la sospecha naturalmente en los Hijos la Noche. El vampiro vino aquí ha asegurarme de que su pueblo no tiene nada que ver con ella.
- ¿Y tu le crees? -dijo Jace.
- No quiero hablar de negocios de Clave contigo especialmente en este momento, Jace, y mucho menos en frente de Lucian Graymark.
- Mi nombre ahora es Lucas, - dijo Lucas plácidamente.- Lucas Garroway.
Maryse sacudió la cabeza.
- No estas reconocido. Parece el de un mundano.
-Sí, esa es la idea.
- Todos pensabamos que estabas muerto.
- Espera,- dijo Lucas, aún plácidamente. - Teniais la esperanza de que estubiera muerto.
Maryse parecía como si hubiera tragado algo fuerte.
- También es posible. Sentaros,- dijo por último, apuntando hacia los asientos en la parte frontal de la mesa de trabajo.
- Ahora, - dijo Maryse, una vez que habían tomado sus asientos, - quizás puedas decirme porque estamos aquí.
- Jace,- Lucas dijo, sin preámbulo, - quiere un juicio ante la Clave. Estoy dispuesto a responder por él. Yo estaba allí esa noche en el Renwick, cuando se reveló a Valentín. Luchamos y lo que casi nos matamos el uno al otro. Puedo confirmar que todo lo que dice Jace que pasó es la verdad.
- No estoy segura,- contrarrestó Maryse,- de lo que tu palabra vale.
- Puede que yo sea un lycanthropo,- dijo Lucas,- pero también soy un cazador de sombras. Estoy dispuesto a ser juzgado por la espada, si es que puede ser de gran ayuda.

¿Por la espada? Eso suena mal. Clary esperaba la explicación de Jace. Estaba aparentemente tranquilo , rodeando los dedos juntos en su regazo, pero había un estremecimiento de tensión a su alrededor, como si estuviera apunto de estallar. Se giró hacia ella y dijo,
- El Alma-Espada. El segundo de los instrumentos Mortal. Es utilizada en los juicios para determinar si un cazador de sombras está mintiendo.
- No eres un cazador de sombras,- dijo Maryse a Lucas, como si Jace no hubiera hablado.- No has vivido por la Ley de la Clave desde hace mucho tiempo.
.- Hubo un tiempo en que tu tampoco no viviste por ella, por lo tanto, -dijo Lucas.
A Maryse se le ruborizadon las mejillas.
- Yo habría pensado, -dijo,- que por ahora se había acabado el no ser capaces de confiar en nadie, Maryse .
- Algunas cosas nunca se olvidan ,- dijo. Su voz se celebró una peligrosa suavidad.- Tu
pretendes hecernos pensar que tu propia muerte fue la mentira más grande que jamás nos dijo Valentíne? ¿Crees que el encanto es lo mismo que la honestidad? Yo solía pensar así. Me equivoqué.

Ella se levantó y se inclinó sobre la mesa con sus delgadas manos.
- Él nos dijo que entregaría su vida por el Círculo y que esperaba que nosotros hicieramos lo mismo. Y lo habríamos hecho,todos nosotros, lo sé. Yo casi lo hice.
Su mirada fue de Jace a Clary y se vio bloqueada con los ojos de Luke.
- ¿Te acuerdas?,- dijo,- la forma en que nos dijo que la Levantamiento no sería nada, apenas una batalla, unos desarmados embajadores contra el pleno poder del Círculo. Estabamos tan confiados en nuestra victoria rápida que cuando viajamos a Alicante, dejé a Alec en casa en su cuna. Le pregunté a Jocelyn si podia vigilar los niños mientras yo estaba ausente. Ella se negó. Ahora sé porque. Lo sabía al igual que tu. Y no nos advertisteis.
- Yo traté de advertiros sobre Valentíne,- dijo Lucas.- y vosotros no quisisteis escucharme.
- ¡No me referia a sobre Valentíne. Quería decir sobre el levantamiento! Cuando llegamos, hubo cincuenta de nosotros en contra de quinientos subterraneos.
- ¡Estabias dispuestos a hacer una masacre cuando pensabais que estaban desarmados que sería sólo cinco de ellos! - dijo Lucas en silencio.
Maryse con las manos apretadas sobre el escritorio.
- Nosotros fuimos sacrificados,- dijo.- En el medio de la carnicería, esperabamos que apareciese Valentíne. Pero él no estaba allí. Para entonces la Clave había rodeado el Salón de Acuerdos. Pensamos que Valentíne habia sido asesinado, estabamos dispuestos a dar nuestras propias vidas en una desesperada carrera. Entonces me acordé de Alec, si yo moria, ¿qué le pasaría a mi niño? -Su voz captura. - Así que mis brazos soltaron las armas y me senté esperando a la Clave".
- Hiciste lo correcto, Maryse, -dijo Lucas.
Se volvió hacia él, con los ojos brillantes.
- No me sea tan condescendiente, lobo. ¡Si no fuera por ti!,
- ¡No le grites! - le cortó Clary, casi alzandose en sus pies.- Fue tu culpa por creer en Valentíne en primer lugar.
- ¿Crees que no lo sé?
Hubo un borde rasgados en la voz de Maryse.
- ¡Oh!, la Clave lo hizo muy bien en este punto cuando nos iban a cuestionar ante la Alma -
Espada, cuando pensaron que ibamos a mentir, pero no teniamos pensado hablar, nada podría hacernos mediar palabra, hasta que...
- ¿Hasta qué? -Fue Lucas quien habló.- Nunca he conocido... Yo siempre quise saber que es lo que les paso en ese momento, que les dijeron.
- Simplemente la verdad,- dijo Maryse, de repente sonaba cansada.- Nos dijeron que Valentíne no había muerto allí en la Hall. Que había huido, que nos había dejado morir allí sin él. Supimos que había muerto más tarde, se nos dijo, que fue quemado hasta la muerte en su casa. El Inquisidor nos mostró sus huesos carbonizados , junto al amuleto que solía usar. Por supuesto, que esa era otra mentira.
Su voz frente a la zaga y, a continuación, se reunió de nuevo, sus palabras sonaban nítidas:
- De todos modos, esto aparte. Estabamos finalmente hablando el uno con el otro, aquellos de nosotros que formabamos el Círculo. Antes de la batalla, me había llamado Valentíne para hablar a solas, me dijo que de todos los del Círculo, yo era en quien él más confíaba, que era su lugarteniente más cercano. Cuando nos interrogó la Clave descubrí que había dicho lo mismo a todos.
- El infierno no tiene furia-, murmuró Jace, de modo que sólo Clary pudo escucharlol.
- El mintió no sólo a la Clave sino que también a nosotros. Utilizó nuestra lealtad y nuestro
afecto. Así como lo hizo cuando te envió con nosotros,- dijo Maryse, mirando directamente a Jace ahora. -Y ahora la espada, y ha la Copa Mortal. Ha sido la planificación de todo esto durante años, todos los junto, todos de la misma. No puedo confiar en ti, Jace. Lo siento.

Jace no dijo nada. Su rostro era inexpresivo, pero se había ido poniendo palido durante el discurso de Maryse, destacando sus nuevas magulladuras en mandíbula y mejilla.
- ¿Entonces qué? - Lucas dijo. - ¿Qué es lo que esperas que él haga? ¿Dónde se supone que va a ir?
Sus ojos descansaron un momento sobre Clary.
- ¿Por qué no con su hermana?,- dijo. -Con la familia
- Isabelle es la hermana de Jace,- interrumpido Clary.- Alec y Max son sus hermanos. ¿Qué vas a decirles? Ellos te odiaran para siempre si echas a Jace fuera de su casa. Maryse volvió a poner sus ojos sobre ella.
- ¿Qué sabes tu de ellos?
- Yo sé, y Alec y Isabelle,- dijo Clary. Los pensamientos no deseados sobre Valentine llegaron a su cabeza y los empujó a la basura.
- La familia no es tanto la sangre. Valentíne no es mi padre. Lucas es mi familia. Al igual que Alec, Max e Isabelle son la familia de Jace. Si intentas arrancarle de su familia, dejaras una herida que nunca sanará.

Lucas estaba mirandola con una especie de respeto, y sorprendido. Maryse estaba parpadeando ¿ era incertidumbre?
- Clary,- Jace dijo suavemente. - Basta.
Él sonaba derrotado. Clary dijo energicamente a Maryse.
- ¿Qué pasa con la espada?
Maryse miró por un momento con verdadera perplejidad.
- ¿La espada?
- El alma-Espada,- dijo Clary. -Lo único que se puede utilizar para saber si un
cazador de sombras está mintiendo o no. Puede usarlo en Jace.
- Eso parece una buena idea. - Había una chispa de la animación en la voz de Jace.
- Clary, quiere decir así, pero usted no sabe lo que la Espada implica -, dice Lucas.-El único que puede utilizar es el Inquisidor .
Jace sentado hacia adelante.
- Entonces se lo pedimos a ella. Llame a la Inquisidor. Quiero poner fin a esto .
- No,- dijo Lucas, pero Maryse dijo mirando Jace.
- El Inquisidor,- dijo a regañadientes,- ya esta en camino.
- Maryse, - resquebrajado la voz de Lucas.- Dime que no la han llamado para esto!
- ¡Yo no! ¿Te crees la Clave no participar en esta salvaje historia de los guerreros de Forsaken Portales y escalonados y muertes? Después de lo que hizo Hodge? Somos todos objeto de la investigación ahora, gracias a Valentíne,- dijo para terminar, Jace estaba blanco y con una expresión aturdida.
- El Inquisidor podría poner a Jace en la cárcel. El podría quitarle sus Marcas. Pensé que sería mejor si...
- Si Jace hubiera desaparecido cuando el llegara,- dijo Lucas. - No es de extrañar que hayas estado tan ansiosa por hacer que el se fuera.
- ¿Quién es el Inquisidor? - Clary exigido. La palabra evocaba imágenes de la Inquisición española, de la tortura, el látigo y el potro. - ¿Qué hace ella?
- Investiga a los cazadores de sombras de la Clave,- dijo Lucas. - Garantiza que la Ley no ha sido roto por un Nefilim. Investigó a todos los miembros del Círculo después del levantamiento.
- ¿Ella maldijo Hodge? - dijo Jace. - ¿Ella te envio aquí?
- Ella eligió nuestro exilio y su castigo. No tiene un especial cariño por nosotros, y aborrece a tu padre.
- No voy a dejaros, -dijo Jace, aún muy pálido. - ¿Qué os haría si ella viniera aquí y se encontrara con que yo me he ido, que he desaparecido? Ella creera que habiais conspirado para ocultarme. Os castigara a ti y Alec e Isabelle y Max.- Maryse no dijo nada.
- Maryse, no seas tonta,- dijo Lucas. - Ella te culpara de haber permirido que Jace se marche. Mantenerle aquí y permitir que se lleve a cabo el juicio por la Espada sería una señal de buena fe.
- Mantener a Jace aquí no puede ser bueno, Lucas! - Clary dijo.
Ella sabía que lo del uso de la espada había sido su idea, pero estaba comenzando a arrepentirse de haberlo dicho. - Ella suena como algo horrible.
- Pero si Jace se marcha-, dijo Lucas,- nunca podrá volver. Él nunca volvera a ser de nuevo un cazador se sombras. Nos guste o no, el Inquisidor es la Ley, la justicia. Si Jace quiere continuar sinedo una parte de la Clave, tiene que cooperar con ella. Él tiene algo de su lado, algo que los miembros del Círculo no tubieron después del Levantamiento.
- Y ¿qué es eso? - Maryse preguntó.
Lucas sonrió ligeramente.- A diferencia de vosotros - le dijo, - Jace está diciendo la verdad.

Maryse respiró forzadamente, entonces se dirigió a Jace.
- En última instancia, es tu decisión,- dijo.- Si deseas el juicio, puedes permanecer aquí hasta que venga el Inquisidor.
- Me quedo,- dijo Jace.
Hubo una firmeza en su tono, desprovista de ira, que sorprendió Clary. Parecía estar buscando en Maryse, una luz parpadeante en sus ojos, como si se refleja de fuego. En ese momento no podía ayudarle Clary, pero creyó que se veía muy parecido a su padre.

2 gritos nocturnos:

AMO, REPITO: AAAAAMMMMOOOOO, cazadores de sombras, y voy en el 2 libro por el 4 capitulo, encerioo porfavorr nececitoo los otroos!!!!!!!!!!!!!! AMO A JACE WAYLAND Y ODIO QUE CLARY SEA SU HERMANA, PERO LA NECECIDAD DE SEGUIR LEYENDO ESTA ACABANDO CONMIGO! P-O-R-F-A-V-O-R NECECITO LOS OTROS LIBROS Y CAPITULOS!!! SON COMO UNA DROOOGAAAAA

gracias por los capitulos solo leeré el primero ya casi tengo mi libro es una serie maravillosa me encanta jace


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